¿Te gusta leer? Aprovecha el recorrido que haces en el transporte público para hojear ese libro o revista que tienes pendiente. ¿Te gusta caminar? Ponte de acuerdo con un compañero de trabajo, hagan un recorrido a pie al volver a casa y busquen si hay algún parque cerca por el que puedan pasear. ¿Te gusta cocinar? Cambia de planes en tu casa y preparen en familia algo rico y distinto al menú habitual. Rompe pequeños esquemas con ideas simples que no requieren de mucho dinero extra ni tanta planificación.
“Me demoro mucho tiempo en llegar a mi casa” o “salgo muy tarde del trabajo”, son algunas de las razones para enfocarse sólo en lo laboral de lunes a viernes. Esto puede ser así, pero ¿Hay algo que puedas hacer para cambiarlo? Posiblemente no, pero no por eso debes dejar de tener vida recreativa o social durante la semana. La clave está en buscar otras opciones. Si tu viaje en el transporte público es largo, podrías visitar a ese amigo que vive a mitad de camino, conversar y tomar un café. La clave está en esos detalles que hacen que un día no sea exactamente igual al otro.



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