El Trastorno de Ansiedad es una de las enfermedades psicológicas más presentes en Chile. Sus implicaciones físicas, psicológicas y cognitivas afectan altamente la calidad de vida de los pacientes, siendo uno de los trastornos con mayores implicancias en la vida cotidiana, el que puede derivar incluso en crisis o ataques de pánico.

La presencia de enfermedades psicológicas en Chile ha ido en aumento durante las últimas décadas, afectando principalmente a la población adulto joven. Los trastornos de ansiedad tienen relación con una preocupación excesiva por ciertas situaciones cotidianas que gatillan emociones y sentimientos de peligro e incluyen diferentes síntomas.

Las manifestaciones de un trastorno de ansiedad pueden ser leves o severas. Según el cuadro sintomático, que puede incluir padecimientos físicos, psicológicos y cognitivos, quien lo sufre puede optar por el aislamiento, desencadenando en una depresión.

Estudios demuestran que más del 15% de la población chilena sufre un trastorno de ansiedad, lo cual la convierte en el segundo trastorno psicológico más común junto con la depresión. Esta cifra es altamente preocupante ya que los diagnósticos suelen presentarse entre los 18 y 25 años.

Causas del trastorno de ansiedad
Existen muchos factores que pueden provocar un trastorno ansioso en las personas. El principal es su historia de vida, ya que esta amoldara la percepción de vida del sujeto, generando preocupación excesiva por algunas cosas sobre otras.

También es común que estos trastornos se presenten durante situaciones de alta carga emocional en la vida. Las cuales pueden ser desde un cambio de trabajo y de hogar, como una ruptura sentimental o la pérdida de un ser querido. De la misma forma, las situaciones amenazantes afectarán fuertemente a la persona. Por lo que presenciar accidentes o tener conflictos pueden generar ansiedad tras años de suceder.

La genética, funcionamiento cerebral y el exceso de estrés son otros de sus causantes. Estos tienen directa relación con los síntomas psicológicos como irritabilidad, inquietud, sensación de agobio, olvidos frecuentes y pérdida de concentración.

Dependiendo de la fuente de la ansiedad, podemos identificar cuatro trastornos de ansiedad:

• Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): la persona siente ansiedad por la posibilidad de que pase algo repentino e indeseable. Esta puede generar sequedad bucal, sudoración y mareos.
• Trastorno de ansiedad social (TAS): existe una preocupación excesiva por su actitud frente a grupos de personas, quien lo padece teme ser humillado o avergonzado.
• Trastorno de pánico: cuando se presenta este trastorno la persona puede sufrir una crisis de pánico de forma repentina, por lo que evita exponerse a sufrir este en cualquier lugar, recurriendo al aislamiento. Puede desencadenar cefaleas, náuseas, sudoración y palpitaciones, entre otros.
• Trastorno obsesivo–compulsivo (TOC): los pacientes con TOC generan temores no razonables ante objetos, acciones, la limpieza personal y/o limpieza del hogar.

¿Cómo tratarlo?
El trastorno de ansiedad debe tratarse con psicoterapia, y en casos donde existan causas genéticas u hormonales se deben incorporar medicamentos que suplan ciertos desequilibrios orgánicos. Para ello, se requerirá psicoterapia y una derivación al psiquiatra.

Si te sientes agobiado y crees padecer un trastorno de ansiedad, desde la ACHS te recomendamos adquirir técnicas de relajación, practicando meditación, yoga o respetando tus tiempos de descanso. Además, se recomienda llevar una vida saludable, con actividad física constante.

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