El ahogo por inmersión es una de las principales causas de muerte en niños menores de cuatro años y en jóvenes mayores de 14. Este tipo de accidente por lo general ocurre inesperada y rápidamente, por lo que debemos saber cómo reaccionar a tiempo para evitar posibles secuelas o un desenlace fatal.
La llegada del verano y sus altas temperaturas marcan el inicio de la temporada de playas y piscinas y, con ellas, también el aumento de las posibilidades de que ocurran accidentes por inmersión. En estas situaciones, lo más importante es reaccionar con rapidez y solicitar apoyo médico lo antes posible. De esta manera, podremos evitar secuelas importantes e incluso salvar una vida.
La falta de oxígeno asociada a este tipo de accidentes produce daños en los tejidos de la mayoría de nuestros órganos, provocando fallas en nuestro sistema respiratorio y cardiovascular, además de fallas renales, hepáticas y gastrointestinales. En niños, basta que pasen 3 minutos sin poder respirar para que se produzca un daño neurológico irreversible debido a la hipoxia (falta de oxígeno), que genera cuadros como el edema cerebral y la encefalopatía tóxica.
¿Cómo actuar si alguien se ahoga en una piscina?
En este tipo de accidente es vital reaccionar lo antes posible, para así disminuir la probabilidad de tener secuelas graves o incluso, fatales. Para esto es importante mantener la calma y actuar de manera proactiva, sin desperdiciar ni un segundo.
Los pasos a seguir en estas situaciones son:
Si eres testigo de una asfixia por inmersión, no dudes en acudir al servicio de urgencia del Hospital del Trabajador ACHS, donde podrás encontrar un equipo de profesionales especialistas en atención de trauma y casos de alta complejidad.
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