Durante la tercera edad, las elecciones que tuvimos durante la juventud pueden pasarnos la cuenta. Haber tenido una vida sedentaria o activa repercute en el cuerpo y la forma de vivir. Sin embargo, a pesar del trabajo, alimentación y modo de vida que tuvimos, aún estamos a tiempo de ser saludables. Para eso, la actividad física es lo más importante.
Sobre los 60 o 65 años de edad, hombres y mujeres comienzan a sentir ciertas limitaciones en su cuerpo. La primera de ellas es la falta de agilidad para moverse y pérdida del equilibrio. Esta es provocada por el desgaste y rigidez de las articulaciones que termina afectando a todo el cuerpo debido a la pérdida de masa muscular.
Ante esto, es común que los adultos mayores presentan diferentes cambios en el cuerpo, los que se observan en la forma de caminar y levantarse, las cuales suelen ser más lentas y dificultosas. Sin embargo, contrario a lo que muchos piensan, lo mejor para estos casos es realizar ejercicio y mantenerse activos físicamente. Para eso, debemos reconocer cómo se encuentra nuestro cuerpo y realizar lo más adecuado según nuestras dificultades y enfermedades.
Recuperar una vida sana
Si te sientes identificado con estas dolencias, entonces querrás saber cómo disminuirlas. Los beneficios de la actividad física en adultos mayores son numerosos. Pero es necesario hacerlo con responsabilidad y cuidado.
Antes de comenzar una rutina puedes consultar con tu médico de cabecera o un médico general, y preguntarle cuáles ejercicios son recomendados para ti y con cuánta frecuencia. Esto te permitirá reconocer cuando te estás sobreexigiendo y preparar tu cuerpo para rutinas específicas.
Una vez que sepas qué es lo más recomendado, te ayudará saber que tu cuerpo se verá favorecido de la siguiente forma:
Actividades diarias
Si no tienes una rutina profesional de ejercicios, la puedes solicitar con tu médico a través del nutricionista o kinesiólogo. Para eso te recomendamos diariamente realizar alguno de los siguientes ejercicios, al menos durante treinta minutos:
Ejercicios monitoreados
Si consultaste con su médico y este aprobó una rutina de ejercicios, puedes probar realizando ejercicios de fuerza, equilibrio y flexibilidad. Para ello, se recomienda realizar al menos dos horas y media de ejercicio moderado por semana, es decir, de caminatas o actividades rutinarias. De lo contrario, se recomienda un máximo de una hora y 15 minutos de ejercicio enérgico por semana para evitar lesiones.
Cuidados y prevención
Antes de aventurarse a realizar cualquier tipo de ejercicio se recomienda calentar cinco minutos. Esto puede hacerse con una caminata lenta o haciendo estiramientos y elongaciones. Ante dificultades en el ejercicio como dolor en el pecho, mareos, náuseas o problemas para respirar, es importante que consultes a un médico. Recuerda que puedes contar con los profesionales del Hospital del Trabajador ACHS. Agenda tu hora a través de nuestra nueva agenda en línea o llamándonos al 22 515 7777.
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