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Luxación de Cadera

Las luxaciones o dislocaciones se producen cuando nuestras articulaciones se desalinean respecto a su posición correcta. Cuando estas lesiones ocurren en la cadera requieren de atención médica inmediata, pues son extremadamente dolorosas. Te contamos cómo reconocer, tratar y prevenirlas.

Una luxación de cadera se produce cuando la cabeza del fémur sale de su posición respecto a la pelvis, perdiéndose la relación articular natural entre ambos huesos. Este tipo de lesiones suelen provocarse por accidentes de tráfico o laborales, en los que el cuerpo recibe un impacto importante. También existen casos en los que el problema se origina por una causa congénita, haber tenido una displasia de cadera en la infancia o enfermedades como la osteoporosis.

Las luxaciones de cadera se clasifican en dos tipos: anteriores y posteriores. Estas se diferencian por la ubicación que toma el fémur -hacia adelante o atrás- respecto al acetábulo, que es la parte cóncava de la pelvis donde se inserta naturalmente el hueso.

Entre las diferentes causas que producen una luxación de cadera podemos encontrar:

  • Traumatismos: ya sea por lesiones deportivas o accidentes que provocan la separación de la articulación
  • Tracción muscular: consecuencia de movimientos inadecuados, bruscos, violentos o involuntarios
  • Espontáneas: se presentan en casos de debilidad articular y ósea, a raíz de enfermedades que debilitan la consistencia de los huesos y articulaciones, como la osteoporosis
  • Congénitas: producidas en la época fetal o por alteración desde el nacimiento de la elasticidad articular. Es una de las luxaciones de cadera más comunes
  • Reincidente o recidivante: cuando no se tratan correctamente, persiste la rotura de los ligamentos y la luxación reaparece ante cualquier traumatismo

¿Cómo reconocer una luxación de cadera?

Los síntomas de estas lesiones son variados, pero los más importantes son:

  • Dolor intenso, que aumenta al mover la pierna afectada
  • Deformidad de la articulación
  • Disminución e incapacidad de movimiento
  • Hinchazón o inflamación
  • En algunos casos, sangre dentro de la cavidad articular
  • Asimetría en la posición de las piernas y en los pliegues de los muslos cuando es una luxación congénita
  • Insensibilidad en algunas áreas de la pierna afectada

Las luxaciones de cadera son una urgencia cuando son producto de un trauma, por lo que la articulación requiere ser reducida lo antes posible para evitar que haya lesiones más importantes. El tratamiento para este tipo de lesión es el siguiente:

  • Maniobra para reducir la luxación y devolver al hueso a su posición natural
  • Inmovilizar la articulación dañada
  • Medicamentos para controlar el dolor
  • Cirugía en casos más graves
  • Terapia física para recuperar el movimiento completo de la articulación lesionada

Es importante recordar que muchas veces las luxaciones de cadera van acompañadas de otras lesiones en las piernas, espalda o incluso en la cabeza, esto debido a la fuerza que se requiere para producir el trauma.

¿Cómo prevenir estas lesiones?

Las medidas preventivas para evitar una luxación de cadera son:

  • Calentamiento antes de realizar cualquier actividad deportiva
  • Hacer ejercicio regularmente para aumentar la flexibilidad de las articulaciones y la resistencia de los ligamentos
  • Fortalecer la musculatura de la cadera mediante ejercicio
  • Utilizar elementos de protección al realizar deportes de contacto
  • Usar calzado cómodo
  • Evitar pisar terrenos resbalosos para prevenir caídas que puedan derivar en una luxación
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