Las luxaciones o dislocaciones se producen cuando nuestras articulaciones se desalinean respecto a su posición correcta. Cuando estas lesiones ocurren en la cadera requieren de atención médica inmediata, pues son extremadamente dolorosas. Te contamos cómo reconocer, tratar y prevenirlas.
Una luxación de cadera se produce cuando la cabeza del fémur sale de su posición respecto a la pelvis, perdiéndose la relación articular natural entre ambos huesos. Este tipo de lesiones suelen provocarse por accidentes de tráfico o laborales, en los que el cuerpo recibe un impacto importante. También existen casos en los que el problema se origina por una causa congénita, haber tenido una displasia de cadera en la infancia o enfermedades como la osteoporosis.
Las luxaciones de cadera se clasifican en dos tipos: anteriores y posteriores. Estas se diferencian por la ubicación que toma el fémur -hacia adelante o atrás- respecto al acetábulo, que es la parte cóncava de la pelvis donde se inserta naturalmente el hueso.
Entre las diferentes causas que producen una luxación de cadera podemos encontrar:
¿Cómo reconocer una luxación de cadera?
Los síntomas de estas lesiones son variados, pero los más importantes son:
Las luxaciones de cadera son una urgencia cuando son producto de un trauma, por lo que la articulación requiere ser reducida lo antes posible para evitar que haya lesiones más importantes. El tratamiento para este tipo de lesión es el siguiente:
Es importante recordar que muchas veces las luxaciones de cadera van acompañadas de otras lesiones en las piernas, espalda o incluso en la cabeza, esto debido a la fuerza que se requiere para producir el trauma.
¿Cómo prevenir estas lesiones?
Las medidas preventivas para evitar una luxación de cadera son:
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